Cuando nos cortamos o raspamos, es muy evidente ver cómo responde nuestro cuerpo para cicatrizar el área dañada, pero los tejidos blandos no son los únicos que pueden regenerarse.
Los huesos también se pueden reconstruir luego de una fractura, creando una especie de puente que permite unir nuevamente un hueso partido por la mitad o en más secciones, pero eso no es todo.
El cuerpo es sabio y sabe que el hueso no puede quedar debilitado y crea callos internos y externos a base de cartílago y tejido duro fibroso que alcanza su máxima dureza entre 4 y 6 semanas.
Pero puede pasar meses o incluso años, dependiendo de la fractura, en que estos callos temporales terminan absorbidos dejando una nueva sección de hueso permanente, aunque con una forma un poco más gruesa que la original.
Sin embargo, a veces los pacientes sufren accidentes muy aparatosos que dejan como resultado fracturas bastante severas que no se pueden arreglar con un simple inmovilización y reposo.
De hecho, hay pacientes que por algún tipo de afección o malos hábitos como fumar, osteoporosis, entre otros, hace que el proceso natural de curación de la fractura se vea afectado, requiriendo otros tratamientos más avanzados e incluso cirugía.
Afortunadamente la medicina siempre está en búsqueda de nuevos tratamientos que puedan hacer una diferencia radical, aunque no siempre se basan en técnicas o métodos tan sofisticados, pues muchas veces la solución está en la misma naturaleza que nos rodea.
Es así como un grupo de científicos encontraron una solución en restos marinos que podría dar una solución efectiva y barata de arreglar huesos con daños severos.
Así fue como la «basura» marina se convirtió en un tesoro para la medicina
La Universidad Tecnológica de Singapur fue donde se realizó el gran hallazgo en manos de sus científicos dedicados al avance de la medicina, donde apostaron por desechos de animales acuáticos por sus características tan impresionantes.
Pieles de ranas y escamas son los ingredientes principales que podrían ayudar a regenerar huesos dañados ya sea por un accidente, enfermedad o simplemente por la edad, lo que resultaría en un procedimiento económico para que más personas puedan tener acceso a tratamientos.
Todo esto gracias a que se aprovecharán los 20 millones de toneladas de restos que se desechan, ya que al ser un país costero su principal fuente de alimentos es el pescado y eso se refleja en los 170 millones de toneladas de pescados que se estiman se consumen en Singapur.
Por otro lado, las pieles de rana no se obtendrán de un sucio estanque, sino que se utilizarían los productos que se cultivan en piscifactorías para el consumo, una industria que promete seguir creciendo en el futuro cercano y donde los cuidados suelen ser más controlados e higiénicos.
Pero no se trata de utilizar piel de rana sobre la herida, sino que estos «desechos» se procesarían en un laboratorio para formar un material completamente nuevo con forma de cilindros blancos que podrían utilizarse mejor en una cirugía.
El grupo de científicos asegura que este nuevo material podría incluso evitar cirugías costosas y complejas que necesitan mucho tiempo de recuperación, como las cirugías de reconstrucción donde se requiere extraer huesos de alguna otra parte del cuerpo para insertarlo en donde se encuentra la afección.
El director que guía esta investigación, Goh Bee Tin, se enorgullece de presentar una excelente opción para cirugías reconstructivas que no solamente ayudarían al bolsillo de los pacientes y sus familias, sino que les ahorrará mucho dolor.
La rana toro americana es la principal protagonista de este nuevo material quirúrgico, al que pasaría por un proceso de limpieza para luego ser procesado en una pasta gruesa soluble en agua.
Esta pasta estaría compuesta al 70% de colágeno, proteína que se encuentra naturalmente en todos los animales, incluyen el ser humano, que se encarga de unir los tejidos conectivos, como huesos, tendones, ligamentos, entre otros.
El pez cabeza de serpiente es el espécimen elegido para el uso de sus escamas, que pasan por un proceso de calcinado que termina de eliminar cualquier resto de material orgánico, y que luego de su secado se convierte en hidroxiapatita.
Al igual que el colágeno, el mineral hidroxiapatita se encuentra naturalmente en nuestros huesos, por lo que el proceso de adhesión de este material sería rápida y totalmente natural, facilitando que nuestras células hagan el trabajo de reparación con mayor eficiencia. Todo un logro de la medicina.