¿Existe una forma de reemplazar el cultivo de palma?

Actualmente, los cultivos de palmeras de aceite están siendo criticados de manera violenta por las organizaciones ambientalistas. La crítica está fundamentada en que la producción y cosecha de estas palmas generan una alta huella de carbono, a la vez que devoran en hábitat de muchas especies. 

El cultivo de estas palmeras suele realizarse para productos higiénicos, como también para alimentos como golosinas. Los famosos envases con Nutella y cremas similares de chocolate incluyen altos niveles de este aceite. Precisamente, multinacionales como Nutella son las que más rechazo generan por parte de las organizaciones ambientalistas. 

Sin embargo, una buena noticia sacude al mundo respecto a este tema. De acuerdo a un grupo de científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL), como también por parte del Instituto de Investigación Federal WSL de Suiza, el cultivo del aceite de palma puede ser sostenible. 

Un estudio publicado en la famosa revista Science Advances 

Esta investigación fue publicada en la revista Science Advances. En ella se puede apreciar la realidad de que sí se realiza un cultivo sostenible y de manera adecuada, se podrá seguir disfrutando de las grandes virtudes de este aceite sin impactar directamente sobre la naturaleza. Este estudio reflexiona fuertemente sobre lo que está ocurriendo en Indonesia y Malasia. 

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Ambos países son los mayores productores en todo el planeta del aceite de palma. Así que su aporte a la deforestación es bastante enorme, logrando así que se liberen altas emisiones de CO2, como también atacando a la biodiversidad del país. El tema de fondo es que realizar plantaciones de palmeras de aceite en las zonas deforestadas no soluciona el problema.

Existe un porcentaje de perdida que se deriva del tiempo de crecimiento de estas palmeras. Es por ello, hay que tener precaución para que en futuro, las nuevas plantaciones alcancen a cubrir las que están siendo arrasadas. Para ello, el equipo de investigación de las instituciones implicadas, tomó como ejemplo las palmeras plantadas en la región de Los Llanos en el país de Colombia. 

Habría que tener un equilibrio de 30 años por cada zona de plantación 

Colombia es en el momento el cuarto productor de aceite de palma en el mundo. Allí, se descubrió que en las zonas de pastizales, existen amplias plantaciones de estas palmeras que fueron instauradas hace unos 56 años. Después de calculada la huella de carbono, se pudo establecer que en esta región no se evidenciaron cambios, gracias al nivel de reservas ofrecido por la vegetación y el suelo. 

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En palabras de Juan Carlos Quezada, quien está a cargo del Laboratorio de Sistemas Ecológicos de EPFL, el estudio demuestra que los ciclos de plantación deben tener un periodo de 25 a 30 años. Si se mantiene este ritmo en zonas dotadas de pastos, el proceso de crecimiento garantizará un estable nivel de huella de carbono que no afectará al planeta. 

Para facilitar el proceso de cosecha de las palmeras de aceite, sin afectar el equilibrio de la naturaleza, es importante además conocer muy bien las condiciones fértiles de los territorios, analizando las distintas capas del suelo. Es decir, resulta prudente ir más allá de lo que ofrece la superficie. 

Palmeras con más de 15 metros de altura 

Por ejemplo, en los climas tropicales, los territorios de los pastizales se encuentran descuidados, donde existe poca vegetación de árboles. Si se eligen buenos territorios de plantación de palmeras de aceite, éstas pueden llegar a ostentar una altura que supera los 15 metros de altura. Esto se debe precisamente al modo en que las raíces perforan el suelo, apoyadas por la vegetación. 

El otro dato interesante a tener en cuenta de una buena elección de la zona de plantación, es que si se planta en las mismas zonas donde han sido taladas las palmeras, el proceso de descomposición que afrontan los arboles viejos, aportarán un gran nivel de nutrientes para las palmeras jóvenes. Al trabajar con palmeras jóvenes, ya se ha dado un paso adelante en el tiempo de crecimiento de las plantaciones. 

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La cuestión de fondo de este estudio recae entonces en la moderación y en el saber aplicar una estrategia que permita a las plantaciones mantener su ritmo de vida. Así, no existirá un impacto sobre la huella de carbono. El aceite de palma no es ofensivo para salud del ser humano, ni la producción de este tiene que afectar a la ecología mundial. 

El secreto está en cultivar en pastizales fértiles 

Pero si desde ya se toman medidas a tiempo y las multinacionales miden bien su hambre voraz por posicionarse en el mercado, se podrá aplicar esta estrategia de cultivo y cosecha, creando un equilibrio que se mantendrá durante décadas.

Este estudio nació como parte del proyecto de Paisajes Adaptativos de Palma de Aceite (OPAL), en el que trabajan diversas instituciones. Entre estas se encuentra la Fundación Nacional de Ciencias de Suiza, que esta comandada por ETH Zurich. 

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