Al ver las viejas imágenes del alunizaje, sin duda lo que más nos impactó fue la falta de gravedad que hacía levitar a los astronautas en cada salto, también la inmensa oscuridad que la rodea y su superficie llena de cráteres impresionantes.
Pero poco se habla de otras características de la Luna que fue un punto de preocupación para todos los involucrados en el alunizaje: la potente radiación.
Y aunque los astronautas tienen cierta protección con su traje espacial, aún se ven expuestos en cierta medida, llegando a ser incluso conocidos los efectos de muchos astronautas que sufren al regresar a la Tierra.
Después de tantas décadas llena de obstáculos, finalmente la humanidad está lista para pisar de nuevo la Luna en los próximos años, pero eso no es todo.
Los siguientes alunizajes son viajes para preparar la tan esperada estación lunar donde personas podrán habitar nuestro satélite para dar «brincos» hacia otros planetas como Marte, que es el siguiente destino luego de conquistar por completo la Luna.
Pero pese a la tecnología tan avanzada, el factor de radiación sigue siendo una preocupante de la que aún se están proponiendo soluciones.
Refugios subterráneos: Una posible solución contra la radiación
Se trata del programa Artemis el que llevará al ser humano de regreso a la Luna, incluida la primera mujer astronauta en alunizar.
Y ha sido gracias a las misiones en la Estación Espacial Internacional que se tiene conocimientos y soluciones ante la radiación que se vive en este lugar, donde muchos astronautas han vivido durante largos periodos.
Sin embargo, nuevos cálculos indican que la Luna tiene hasta 2.6 veces más radiación que en la Estación Espacial Internacional, una cifra bastante preocupante que supone un reto para salvaguardar la vida de los astronautas.
Para darnos una idea, la radiación de la Luna es 200 veces superior que la de nuestro planeta, sin duda una cantidad alarmante que podrían comprometer las futuras misiones que se tienen planeadas, ya que a comparación del primer alunizaje, estas misiones serán largas y no una visita rápida.
Algunos expertos han sugerido la construcción de refugios subterráneos, tomando en cuenta que la Luna en sí no es radioactiva, sino su superficie al recibir una importante cantidad de rayos cósmicos, radiación de erupciones solares, entre otros.
Es aquí cuando se complica la misión al requerir la maquinaria e ingeniería necesaria para poder excavar la superficie lunar y construir en la profundidad, algo que sin duda es un desafío incluso en nuestro planeta.
Las consecuencias frente a la radiación de los astronautas del programa Apolo
El famoso programa Apolo que puso al ser humano en la Luna por primera vez, también pasó por la misma preocupación pero esta vez iban a ciegas.
Por ello, los astronautas se equiparon de herramientas de medición de radioactividad, sin embargo, parece que se requiere más que esos viejos datos, principalmente porque las mediciones registran la radiación total que se capturó desde el despegue en la tierra, el alunizaje y el retorno, todo junto.
Debido a esto, no se sabe a números exactos cuánta radiación encontrarán en la superficie lunar, especialmente después de varias décadas transcurridas.
Afortunadamente, la sonda Chang’e 4 de China que también hizo un recorrido en 2019 en la Luna, parece tener los datos necesarios y más actualizados que podrían ayudar.
Todos los preparativos y obtención de información, pone en reflexión sobre toda la radiación a la que estuvieron expuestos los astronautas del programa Apolo, quienes se aventuraron contra todo pronóstico y poco conocimiento sobre lo que iban a encontrar.
De hecho, se sabe que debido a esta radiación, los astronautas del Apolo presentaron problemas cardiovasculares más importantes que lo que suelen sufrir los astronautas que no salen de la órbita terrestre.
Razones de fallecimiento
Cerca de un 40% de las muertes de los astronautas del alunizaje se deben principalmente a este padecimiento, que se calcula puede ser hasta cinco veces peor que la presentada en los astronautas que la estación espacial.
De acuerdo con los científicos, es la denominada «radiación cósmica» la que más causa dificultades al momento de realizar viajes al espacio de larga distancia y duración, y es la energía con la que la superficie lunar se baña permanentemente.
A escasos años de volver a la Luna, los refugios subterráneos pueden ser la mejor apuesta, aunque eso significará llevar el equipo pesado hasta la Luna para cumplir la misión, algo que será interesante de presenciar.