Cancún es sin duda alguna uno de los destinos turísticos más importantes tanto para México como para el mundo desde hace ya varias décadas, pero son pocos aquellos que saben la realidad de todo el trabajo e inversión que hay detrás de esta maravillosa ciudad.
Desde computadoras que para su tiempo eran de última tecnología, grandes inversiones del gobierno, así como de los inversores estadounidenses, esto y más fue necesario para ver resurgir esta turística ciudad. Al decidir construir una nueva ciudad turística desde cero, el gobierno federal simplemente jamás se imaginó con ver al Cancún que hoy conocemos.
La tecnología informática de los 60 fue más que suficiente para diseñar la ciudad más turística de México
En 1968, México usó modelos de computadora y aprovecho los mejores cerebros y conocimientos técnicos de una nación moderna para seleccionar el sitio, un tramo de nueve millas de isla selvática en la costa de Quintana Roo.
Para 1972, cuando las excavadoras ya estaban transformando rápidamente este hermoso pueblo de pescadores en la Península de Yucatán, un reportero del New York Times fue a México para enterarse de cómo un gobierno estaba construyendo un patio de recreo multimillonario.
Antonio Enríquez Savignac, entonces director de Infratur (Fondo para el Fomento de la Infraestructura Turística), de 40 años y educado en Harvard, se encontraba instalado con su equipo de expertos en el último piso de un edificio del Banco de México justo al lado de la Plaza de la Alameda, en el centro de la Ciudad de México.
Infratur fue la agencia del Banco de México que planeó la primera incursión del gobierno en el negocio de los resorts. Cuando se le preguntó por qué el gobierno decidió construir un resort, Enríquez respondió: “Dinero”.
“Los turistas significan dinero, y el gobierno entregó el trabajo de desarrollar su infraestructura turística al Banco de México, nuestro equivalente a la Junta de la Reserva Federal”, continuó Enríquez
(Enríquez luego se convirtió en secretario general de la Organización de las Naciones Unidas antes de su muerte en 2007).
En 1967, el gobierno federal destinó un fondo de 2 millones de dólares los cuales fueron administrados por el banco para determinar la factibilidad de crear nuevas zonas recreativas, “preferiblemente donde no existan otras alternativas viables de desarrollo”.
Cancún comienza a cobrar vida como ciudad turística
El desarrollo de Cancún fue aprobado en 1969 y finalmente comenzó en 1970 con la construcción de una carretera desde Puerto Juárez y un pequeño aeródromo.
En la creación de Infratur, un objetivo básico fue el desarrollo económico regional, particularmente en áreas donde el desempleo era alto. Se autorizó a Infratur a comprar terrenos para evitar la especulación en los sitios que deseaba desarrollar y para inducir la inversión privada proporcionando los servicios básicos: aeropuertos, puentes y carreteras, y servicios de agua, electricidad y teléfono.
“El equipo sabía exactamente lo que queríamos edificar: un centro turístico que atrajera turistas principalmente de Estados Unidos en grandes afluencias”, dijo Enríquez al reportero del Times.
“Todo era perfecto pero necesitábamos recibir el visto bueno, así que tuvimos que convencer al gobierno de que el turismo era la clave para lograr un crecimiento económico más dinámico y de más rápido crecimiento en todo el mundo”
Como banqueros, abordamos esto desde nuestro punto de vista como profesionales de la economía, teniendo en cuenta todo lo cuantitativo haciendo uso de cálculos en una computadora y sin dejar nada al azar. Pudimos calcular, por ejemplo, que el número de turistas en el Caribe procedentes de los Estados Unidos había aumentado de 400 mil en 1961 a 1,5 millones en 1969.
Sin importar los efectos de la recesión económica, esta cifra superaría a los 2 millones en 1972. Teníamos quede mostrar entonces que los turistas estadounidenses estaban dispuestos a viajar mucho más lejos y permanecer en sus destinos más tiempo.”
Los planificadores de Infratur acordaron que cualquier sitio potencial tendría que tener un clima perfecto durante todo el año, cielos eternamente azules y mares más azules, con playas de arena blanca bordeadas de palmeras imponentes.
Además, el lugar tendría que tener agua potable disponible, una gran cantidad de mando de obra local necesitada de trabajo, pocos mosquitos o serpientes tierra adentro y menos tiburones en alta mar. Los hoteles, campos de golf y puertos deportivos, y los turistas, seguirían.
En primer lugar, los economistas de Infratur elaboraron un perfil de consumidor del típico turista caribeño de playa y compilaron un dossier de sus hábitos migratorios.
Las estadísticas de Infratur estaban en una variedad de resorts exitosos desde el caribe hasta Honolulu, incluyendo Miami Beach y el propio Acapulco de México. La cantidad de turistas y habitaciones de hotel, las temperaturas promedio y las precipitaciones, incluso la incidencia de los huracanes, se ingresaron en una computadora.
No solo contaron con las lecturas de la computadora, luego verificaron personalmente las condiciones para nadar, las playas y las condiciones reales de vida en varios lugares a lo largo de las 6 00 millas de costa de México.
“Aquí es donde entra el elemento humano”, dijo Enríquez. “Cuando le dijimos a un viejo pescador que habíamos computarizado las estadísticas de huracanes desde 1880 hasta el presente y descubrirnos que el ´ojo´ nunca había pasado por su área en particular, levanto la mirada cautelosa hacia el cielo y dijo: “Si, señor, pero, aun así, uno nunca sabe: el huracán, ella no tiene timón”.
El equipo incluso reprodujo huracanes en el laboratorio de la Universidad de México, con hoteles construidos a escala y olas de cinco centímetros de alto. Los arquitectos estudiaron los resultados y dictaminaron que los hoteles tendrían que construirse para resistir el peor ataque posible del clima.
La palabra estaba fuera. Casi todas las comunidades selváticas frente al mar en México competían para ser el próximo Acapulco.
En un lugar, la presencia de tiburones fue un fracaso, En otro, las hormigas cortadoras de hojas que bajaban de las montañas y que devoraban todo a su paso descalificaban un el lugar.
El Banco de México puso a su disposición del equipo su flota de cinco aviones. Normalmente, los aviones se usaban para distribuir moneda recién impresa y, a veces, la gente de Infratur era presionada para que comprara “gasolina en pesos” a cambio de transporte gratuito.
El equipo finalmente redujo la elección a 25 sitios y luego dio preferencia a aquellas áreas donde la gente era extremadamente pobre.
La península de Yucatán y la isla de Cancún demostraron ser ideales en este sentido. “Hay mucha pobreza y falta de industria, ya que el sisal ha sido remplazado por plásticos, y, sin embargo, la zona tiene todos los ingredientes para atraer turismo: sol, mar y buen clima todo el año, además de fácil acceso a algunas de las mejores del mundo. Tesoros arqueológicos, las ruinas mayas de Chichén Itzá y Tulum, por ejemplo” dijo Enríquez.
El gobierno compro toda la isla, la mayor parte de la cual ya era de su propiedad dijo.
El nombre Cancún se derivó del idioma maya y se interpreta de diversas formas como la “forma de la serpiente” o la “olla de oro”. Los banqueros tienden a preferir la última interpretación, informó el Times.
“El interés en el proyecto de Cancún es titánico y superó nuestros más salvajes sueños” dijo Enríquez, hablando en un momento en que la infraestructura aún estaba en sus primeras etapas. “Incluso hemos recibido ofertas de grandes inversionistas para comprar la isla entera, pero solo estamos tratando con personas que tengan como objetivo el construir y crear empleos”.
Hoy en día, Cancún es uno de los destinos turísticos más importantes del mundo, lo cual es notable teniendo en cuenta lo relativamente joven que es.
El desarrollo del área como centro turístico comenzó el 23 de enero de 1970, cuando Isla Cancún tenía solo tres residentes: cuidadores de la plantación de coco de Don José de Jesús Lima Gutiérrez, quien vivía en Islas Mujeres. Unas 117 personas Vivian en las cercanías de Puerto Juárez, un pueblo de pescadores y base militar.
En realidad, los inversionistas se mostraron reacios a apostar en un área desconocida, por lo que el gobierno federal se vio obligado a financiar los primeros nueve hoteles, comenzando con un Hyatt, el Cancún Caribe. El primer hotel que se termino fue el Playa Blanca, ahora llamado Temptation Resort.
El resort es historia. Un auge de la construcción en las décadas de 1980 y 1990 impulsó la ciudad turística. Hoy, Cancún tiene más de 30 000 cuartos de hotel, atractivos para una variedad de gustos y presupuestos.
La ciudad por si sola genera un tercio de los ingresos por turismo de México y es uno de los destinos más visitados del Caribe.