Nadie se esperaba que la crisis de escasez de semiconductores pudiese durar tanto tiempo, para estas fechas se hubiera pensado que las manufactureras llegaran a una solución, pero lo que hay detrás de esta crisis es algo más complejo y profundo de lo que se piensa.
Aunque los primeros que recibieron el golpe fueron los consumidores de tarjetas gráficas para poder correr softwares de diseño o los títulos de videojuegos más novedosos, lo cierto es que apenas y representa una porción de los sectores que han sido perjudicados.
Actualmente, la gran parte de aparatos que utilizamos en nuestra vida cotidiana como electrodomésticos, automóviles, electrónicos, dispositivos móviles y demás, ya requieren de un microprocesador para realizar sus funciones.
Fue así como nos enteramos de cómo General Motors y Toyota anunciaron disminuir su producción de carros, y es aquí cuando las empresas desarrolladoras de microchips se dieron cuenta que ya no podían seguir con el mismo patrón si querían satisfacer el mercado actual.
Pero, ¿cómo es que llegamos hasta este punto? La respuesta fue clara: la cuarentena debido a la pandemia. Una situación sin precedentes en el reciente mundo digitalizado, donde ha permitido a millones de trabajadores alrededor del mundo a trabajar desde sus hogares.
Y aunque a estas alturas prácticamente todas las casas cuentan con al menos un ordenador, esto también se le suman otras actividades dentro del entorno familiar, como la digitalización de la escuela y otras actividades como hacer el súper y hacer otras compras a través de tiendas online.
El Gerente de Producto de Dispositivos Inteligentes de Huawei CBG España, Jorge Cui Liu, que la alta demanda de dispositivos durante 2020 fue la gran detonante de la escasez global de microchips y la tendencia no parecía mejorar incluso en 2021. Por ello, la empresa ha decidido poner manos a la obra realizando inversiones para abrir sus propias fábricas con ayuda de Intel, uno de sus colaboradores más importantes, y así subsanar un poco la demanda.
Eso no es todo, la misma cuarentena ha movido las masas en cuanto a la minería de criptomonedas en el mundo, quienes antes se mostraban escépticos y curiosos ahora tenían el tiempo suficiente en casa para informarse y empezar a obtener sus propias criptomonedas, para lo cual se necesitan tarjetas gráficas de gran potencia.
Esto puso aún más en grandes aprietos a la demanda de chips, por lo que empresas como NVIDIA tuvieron que modificar sus tarjetas gráficas más solicitadas como GeForce RTX 3060, 3070 y 3080, disminuyendo su tasa de hash, haciéndolo menos efectiva para el propósito.
Se espera que la escasez continúe hasta el próximo año, trayendo alzas de precios importantes este 2022
Como todos sabemos, ante una mayor demanda de productos una de las estrategias para mantener el equilibrio es la subida del precio, y no se trata de ningún pronóstico, de hecho, TSMC, el fabricante de microchips más grande del mundo ya ha mencionado que podría subir hasta un 20%, según The Wall Street Journal.
Otra nota publicada por DigiTimes ha averiguado que TSMC ya ha empezado el proceso de esta alza de precios, y ya ha enviado a sus principales clientes toda la información y planeación con respecto a cómo proveerá de sus productos próximamente.
En la lista de estos clientes encontramos a los más grandes como Apple, Qualcomm, AMD, Nvidia, Mediatek, entre otros., prácticamente lo más vendido y solicitado del mercado en la actualidad.
Ambos medios han dado a conocer cómo se llevará a cabo esta subida, donde será hasta 10% más caro aquellos microprocesadores de últimas generaciones (de 7 a 5 nanómetros), mientras que la alza del 20% será para aquellos chips menos avanzados como los de 16 nanómetros y otros más antiguos que tienen menos demanda.
Según la empresa de microchips, esto es debido a que los procesadores de 5 y 7 nanómetros son los que representan hasta el 50% de los ingresos, mientras que los de 16 y 28 nanómetros no superan el 15%.
Se dice que este 2022 se implementarían estas alzas para reducir la demanda de clientes menos importantes, y así poder abastecer a las grandes empresas. Esto también podría impulsar más rápidamente los planes de inversión de TSMC para abrir nuevas fábricas.
Mientras tanto, las plantas de producción en Vietnam y Malasia de las que todo el mundo depende, se las están viendo difícil mantener el paso, lo que nos afectará como consumidores con la alza de precios de automóviles, ordenadores, además de dispositivos portátiles.
La marca de teléfonos POCO que trabaja con Qualcomm y sus procesadores Snapdragon 855 al 865, fueron unos de los teléfonos que ya enfrentaron el alza de precios en su gama alta a comparación de años anteriores, especialmente con la llegada de la tecnología 5G de conectividad.
Resuelven iniciar una era de microprocesadores Europeos para combatir la crisis de escasez
Al finalizar el 2021 nos enteramos que TSMC finalmente dio noticias sobre el supuesto financiamiento para su expansión, anunciando que ya se encuentra en conversaciones con Alemania para poder abrir su planta en esta región, según la vicepresidenta de ventas de Europa y Asia, Lora Ho.
Durante esta entrevista realizada en el marco del foro tecnológico en Taipéi, la ejecutiva de TSMC admite que aún no es algo ya decidido, de hecho apenas se está visualizando si será realmente factible o no de acuerdo a las condiciones que presentaría Alemania.
Aquí entran en juego la demanda de sus clientes, el personal calificado y las subvenciones gubernamentales que tomarán algo de tiempo establecer antes de adelantar más noticias.
Lo que sí sabemos es que abrir más fábricas de momento es la mejor apuesta para poder ponerle un alto a esta crisis, sin embargo, lo más probable es que las nuevas fábricas no lleguen hasta dentro de unos años, volviéndose inevitable el gran agujero por el que tendremos que atravesar este año.
TSMC ya cuenta con una nueva planta en Arizona que aunque ya está en términos más avanzados que el de Europa, no planea iniciar su producción hasta el 2024, así que habrá que tener paciencia.
Por lo pronto, y mientras se supera el gran bache, solo nos quedará poner un ojo en Alemania, un país que ha estado resonando en los últimos años en cuestiones de tecnología, ¿será el fin del imperio asiático de producción de chips?
Las autoridades Europeas ya se han estado preparado para lo que pueda deparar el futuro, como la más reciente Ley Europea de microchips que entrará en vigor este año para posicionar a Europa en una mejor posición en cuestiones de ciberseguridad y manufacturación de semiconductores.
Pero nuevamente, estamos ante un terreno inexplorado que comenzará a tener forma paulatinamente, por lo que incluso estas futuras leyes de momento suenan a un montón de promesas sin un marco bien definido, pero representa la primera piedra de lo que se construirá próximamente.
La nueva legislación que se presume entrará en vigor durante el tercer trimestre de este 2022 que lleva como nombre “European Chips Act”, impulsaría el desarrollo de toda la industria europea de fabricación de semiconductores, de modo que ya no dependan completamente de la importación de productos.
Los chips europeos no solamente abastecerían a las empresas de su propia región, de hecho pretende que se expanda lo suficiente para tomar un lugar importante en los proveedores del mundo y así evitar otra posible crisis inesperada de escasez, como lo fue una pandemia que nadie esperaba.
Aunque la ley entre en vigor próximamente, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, admite que no será hasta el 2030 que veamos su máximo potencial, posiblemente produciendo el 20% de los microchips en todo el mundo, es decir, un 10% de lo que ya produce actualmente.
Aunque todavía no hay lineamientos claros de qué acciones se tomarán para lograr este objetivo tan ambicioso, los expertos esperan que las autoridades creen un fondo de inversión europeo que permitan impulsar las fábricas de producción existentes, entrando fuertemente a la competencia global actualmente liderada por Estados Unidos y Asia.
Alemania no es el único país que quiere ser sede de este episodio histórico, España también ha estado moviéndose rápidamente para poder darle a Europa la autonomía creando sus propios microchips.
Barcelona Supercomputing Center (BSC) podría ser quien desarrolle el proyecto eProcessor que desarrollaría el primer semiconductor de código abierto, esto con una inversión de 8 millones de euros que daría sus frutos posiblemente en 2024.
Así que deberemos estar preparados para ir más allá de los clásicos Intel y AMD (así como los basados en ARM), y empezar a echar un vistazo a todos esos nuevos microprocesadores europeos que conoceremos dentro de poco.